miércoles, febrero 20

hay pobres justo al volver la esquina (y también un poco antes y un poco después)

El subdesarrollo mata. A su escala algo menor -menor pero bien real- mata como mata vivir. La pobreza que va dejando a su paso sería una de las pruebas de esta cualidad: quizá la más pública de todas, pero no la única.

El subdesarrollo genera, en un esquema acción/reacción, algunas respuestas que raramente encuentran hueco entre las páginas de la prensa, en sus ediciones digitales, o en cualquier otro medio de comunicación (escrito y audiovisual). Entre estas destacarían las soluciones que los pobres suelen idear y después llevar a cabo para dejar de serlo, o concretamente para no serlo tanto. Son en su mayoría respuestas de índole capitalista, empezando por vender su fuerza de trabajo, pasando por pequeños negocios que se rigen según la ley del mercado.

Por el contrario, el lugar común más aceptado en esos mismos medios -y también entre algunas ideologías- respecto del subdesarrollo es que éste es responsabilidad, en gran medida, de potencias extranjeras o de organismos multilaterales que dependen de éstas; y en menor proporción, del pueblo que lo sufre. A menudo esta segunda responsabilidad tiende a cero, y la primera a infinito. Así, se suele leer o escuchar que cuando un niño del tercer mundo no tiene para comer es porque otro de un país más avanzado se lo ha quitado. No existe acuerdo a este respecto, lo cual genera un debate de cola de pez, donde además suelen aparecer los políticos: mal asunto. A esto habría que añadir alguna máxima que pretende ser punto final y conclusión a la vez, como esta: "en el mundo X millones de personas viven con 1$ al día", que en realidad es estación de paso previa a preguntarse por qué tanta gente dispone de esa paupérrima cantidad de dinero para pasar una jornada. Cuando se está esperando alguna razón que permitiese ir avanzando aparecen los adioses: y la persona, el libro o la pantalla nos dejan a medias.

El subdesarrollo avanza. Su poderoso envilecimiento social alcanza puntos estratégicos que le permiten progresar a buen ritmo, como la educación. Es interesante el éxito que cosecha en este campo, punto de partida de los futuros; quizá por esto habría de ser la primera preocupación, el primer objetivo de todos, por delante de la sanidad: un pobre inculto tiene muchas más probabilidades de seguir siendo pobre que un pobre enfermo.
El subdesarrollo mata: algunas regiones de Perú tienen un IDH al nivel de Tanzania, Senegal y Uganda: entenderá por tanto, amigo lector, que estas son las cosas que le preocupan a un español que pasa una temporada por aquí.

"El Perú es un país pobre (...) Pese a la persistencia de una pobreza masiva, la mayoría de estudiosos no parece sorprenderse de que la tasa de pobreza sea tan elevada (...) No habiendo nada que explicar, no tendrían por qué proponerse medidas para revertir ese enorme empobrecimiento. Bastará que disminuya unos pocos puntos porcentuales, si la evolución de la economía lo permite". Francisco Verdera V., La pobreza en el Perú, introducción.


Y los días van pasando: espero que estéis bien.

1 comentario:

amaranta dijo...

Sigue con esto tan maravilloso que haces. Los adioses...

Espero que a pesar de las tripas encogidas, estés bien.